"En la Teoría de la Relatividad, la posibilidad de viajar a la velocidad de la luzes equivalente a la de viajar al pasado", dice a ELMUNDO.es Álvaro de Rújula, físico teórico del CERN. El padre de la Teoría de la Relatividad, Albert Einstein, que hoy ha sufrido un 'susto' importante, ya había aventurado que si somos capaces de enviar un mensaje más rápido que la luz, entonces "podremos enviar un mensaje al pasado".
Miguel G. Corral | Madrid ELMUNDO.ES
El sobresalto no es más que una medición del tiempo que ha tardado un neutrino en cubrir los 730 kilómetros que separan el CERN del laboratorio subterráneo de Gran Sasso.
Este es uno de los 'dogmas' aceptados por la física teoría y que ha permanecido invariable desde 1905, cuando Einstein enunció su Teoría de la Relatividad Especial. No es que nada pueda ir más rápido que la luz. Los físicos teóricos creen que en el inicio del universo, instantes después del Big Bang sí se produjeron velocidades mayores que la de la luz (300.000 kilómetros por segundo). Lo que significa el enunciado del genial físico alemán es que ningún 'mensajero', ninguna partícula (o señal como se denominan en la física teórica), puede hacerlo.
"Si se confirmase el resultado significaría una nueva revolución en Física con implicaciones en la teoría de la información", explica desde el CERN José Bernabéu, catedrático de Física Teórica de la Universidad de Valencia y reciente ganador del Premio de la Física convocado por la Real Sociedad Española de Física y por la Fundación BBVA. "Si se confirmase sería inceíblemente revolucionario, supondría un batacazo, pero los batacazos son buenos", resume De Rújula.
Una ventana al pasado
Esas implicaciones en la teoría de la información llegan hasta el punto de que los neutrinos, y dicho desde un punto de vista didáctico, supondrían un atajo en la dimensión espacio tiempo, una ventana al pasado.
En 1987, los físicos de todo el mundo vieron en directo la explosión de una supernova llamada 1987-A. En aquella ocasión, los neutrinos -un tipo departículas subatómicas presentes en el universo como radiación presente desde el Big Bang o que también pueden producirse en las centrales nucleares o como desintegración beta de algunos isótopos radiactivos- llegaron a la vez. La medición tuvo en aquel año una precisión 100.000 veces mayor que la tomada en el CERN.
Y esa es la sensación general en la comunidad científica: no es posible que este resultado sea correcto. "La pregunta a hacerse es: ¿dónde se han colado? Porque cabe esperar que se comprobará que esto es falso", dice Álvaro de Rújula.
Partículas con la señal muy débil
Los neutrinos apenas tienen masa y no tienen carga, de manera que su señal es tan débil que podrían atravesar la Tierra sin sufrir variaciones en su número o en su dirección. Y esa es una parte fundamental en la metodología del experimento realizado en el CERN. Al no tener carga, los neutrinos no pueden acelerarse en un acelerador de partículas como el LHC de Ginebra. Sino que hay que acelerar una fuente de neutrinos para que estos se generen y poder enviarlos en la dirección deseada.
Los neutrinos no viajan por ningún conducto científico que una el CERN con el laboratorio subterráneo del Gran Sasso. Una vez producidos en el acelerador, los científicos han de ser muy precisos para enviar los neutrinos en la dirección correcta. Tienen que atravesar 730 kilómetros bajo la superficie terrestre y alcanzar un detector masivo (con un gran volumen y de gran precisión) de cerca de 10 metros para que éste sea capaz de detectar estas partículas subatómicas.
Según los expertos consultados por ELMUNDO.es, cabe el error tanto en la parte experimental, que define los parámetros del experimento, como en la explicación de los resultados, trabajo que recae en los físicos teóricos. Será el escrutinio de los colegas el que diga si el resultado es válido o no. Los cimientos de la física moderna están en juego.
"Los neutrinos han dado muchas sorpresas en los últimos años. Pero, de confirmarse el resultado, sería la mayor sorpresa de todo el siglo, desde que se enunció la Teoría de la Relatividad Especial en 1905, desde que se estableció como paradigma de la física", explica José Bernabéu
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